Despiden hasta su última morada a empleado del Ayuntamiento de Omealca

Benito Juárez Ramírez

Omealca, Ver.- Con un puño de tierra, una flor y con lágrimas, fue como despidieron al hijo, al amigo y compañero de trabajo, Marcos Noé Cuenca.

La misa de cuerpo presente se celebró a las 7:00 de la mañana en la Parroquia de Omealca y hasta las 14:45 el cortejo fúnebre partió del domicilio hacia el panteón municipal, en medio de cánticos y rosarios implorando el eterno descanso de ese joven que apenas empezaba a vivir la vida y que pronto sería papa.

En punto de las 15:00, ya los esperaba el párroco de Matatenetito, donde en la casa de descanso se llevó a cabo el rosario y despedida, donde su madre, tíos, primos, hermanos y amigos se despidieron de él.

De allí, lo trasladaron cargando a hombros hasta la fosa, donde lo colocaron; y sin mucho preámbulo, empezaron a bajar el ataúd y al mismo tiempo, se empezaron a escuchar el llanto, los lamentos y las plegarias; así, poco a poco fueron bajando la caja hasta asentar en el piso.

Poco después, se vio el primer puño de tierra, otros más y las flores de su madre, sus tías, amigos que convivieron los buenos momentos y los compañeros de trabajo, quienes dijeron tener buenos recuerdos de Marcos Noe, un joven atento, servicial, tranquilo, que no se metía con nadie, pero que en un momento, en unos segundos, la vida le dio una sorpresa y todo cambio.

De esta forma, despidieron a Marcos Noe Cuenca, de 24 años de edad, quien perdiera la vida el pasado lunes en la madrugada al intentar caminar sobre el barandal del puente de Río Blanco, perdió el equilibrio y cayó de una altura de más de 20 metros y golpeó sobre las aguas de este afluente, que fue encontrado flotando sobre las aguas hasta el pasado miércoles a la altura de ejido Callejón.