La tiniebla invadió el Teatro de la Ciudad con Orlok

La neblina invadió el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Entre tinieblas fue arropado el paso de muerte y destrucción del conde Orlok. Sin embargo, al final el bien triunfó y el muerto viviente fue quemado por los rayos del sol dentro de la ópera rock Orlok, el Vampiro, que se presentó el pasado martes.
Un espectáculo de José Fors basado en dos versiones de Nosferatu, donde fusiona la monstruosidad de uno y la humanidad del clásico Drácula. El arte multimedia proyectó el Big Ben, los insectos que fueron alabados por Renfield y las grandes explosiones de sangre cuando el conde hacia sus fechorías. Fue el fondo idóneo para contrastar la fuerza de las tomas en blanco y negro con la expresividad y fuerza de la voz del reparto.
En la historia de Drácula, tiene que chupar sangre para sobrevivir, aterroriza a todo el pueblo y donde se enamora de la preciosa Mina, que lo lleva a su muerte. El rock, música que trae en las entrañas Fors combinado con las voces del elenco, entre las que se cuenta Iraida Noriega, considerada una de las mejores intérpretes de jazz mexicano, hacen que esta ópera rock oscura permanezca en los oídos del espectador.
El vestuario y el mobiliario crearon junto con la iluminación y la proyección escenas fantásticas de terror y miedo. Como fue el caso del asesinato de la vendedora de flores que todo fue tan rojo que parecía que nos iba a salpicar la neblina que nos llegaba al publico.
Finalmente, el conde fue seducido y dejó que los rayos del sol entraran por la habitación de Mina, lo que provocó que fuese quemado por la luz del nuevo día.
La tiniebla invadió el Teatro de la Ciudad con Orlok