El periodista fue despedido de la corresponsalía de Televisa en Quintana Roo el pasado 20 de noviembre. “La relación laboral con ellos terminó por motivos económicos”, destacó Poot González en su cuenta de Facebook.

Dicho despido habría ocurrió sin liquidación ni seguridad social que le permitiera obtener atención médica pues padecía de una fuerte depresión. Durante las dos semanas que permaneció hospitalizado desarrolló “un cuadro de neumonía y síntomas de tuberculosis”.

Una de las últimas publicaciones del camarógrafo en la red social fue:

“Tengo una propuesta de trabajo pero hasta enero (…) Me mude de cuarto hace 4 días. Ahora vivo en un local donde voy a abrir un taller de reparación de computadoras (…) Una amiga me dijo que quien trabaja en medios, así le paguen tres veces más en algún otro trabajo va a preferir seguir trabajando en los medios. Los medios de comunicación son adictivos. Quien entra al sistema, muere dentro del sistema”.

Para el 24 de noviembre, Poot reveló que continuaba perdiendo peso y que se negaba a ir al médico. Fuero dos amigos quienes lo llevaron. “La neta, no me siento deprimido, pero dice la doctora que los problemas se reflejan en el cuerpo (…) y es imposible curarlo si antes no se cura el alma”.

“La muerte de Julio Poot González exhibe los grandes contrastes e injusticias que enfrentan los trabajadores de los medios de comunicación en provincia, donde directivos y dueños hacen alarde de lujos mientras que reporteros, fotógrafos y camarógrafos sólo obtienen un salario que apenas les da para vivir”, concluye Noticaribe.