Brasil vive hoy la Navidad en medio de intensas lluvias en diferentes regiones del país, que han dejado una veintena de muertos y miles de damnificados, lo que obligó a la presidenta Dilma Rousseff a viajar a las zonas más afectadas.

Los tradicionales festejos navideños fueron empañados este año por fuertes precipitaciones que afectaron a la zona suReste de Brasil, dejando al menos 20 muertos y cerca de 50 mil damnificados a causa de las inundaciones.

La víspera, Rousseff sobrevoló la región de Espíritu Santo, una de las más azotadas por los temporales, y anunció una amplia movilización de su gobierno para enfrentar los efectos de las lluvias y atender a las familias afectadas.

Medios locales informaron que en Espíritu Santo, 45 de sus 78 municipios han declararon el estado de emergencia para hacer frente al fenómeno natural.

Desde la localidad de Victoria, en Espíritu Santo, Rousseff afirmó que los gobiernos regionales deben concentrarse en “salvar vidas, es lo más importante”.

“El factor más importante ahora es la vida humana y el Ejército tiene grandes capacidades de rescate”, indicó la mandataria brasileña en declaraciones divulgadas por el portal electrónico de la oficial Agencia Brasil.

La jefa de Estado aseguró que además de impedir nuevas muertes a causa de las lluvias, su gobierno va a trabajar para recuperar las condiciones de vida de la población y evitar que nuevos desastres ocurran.