La moda creada por artesanas y diseñadoras mexicanas: Unión de tradiciones con estilo

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La fusión entre la moda y la artesanía mexicana no le pide nada a las expresiones de la moda innovadora, que es retratada, comercializada y mostrada en las pasarelas y boutiques internacionales más significativas del mundo.




Desde hace décadas existen tendencias en prendas y outfits completos, los cuales remiten a pretender portar en la piel una identidad mexicana. En contraposición, se encuentran los diseñadores quienes buscan una autenticidad mexicana sin caer en los límites del folclore, como la diseñadora mexicana, Carmen Rión.

PROYECTO PAISAJE MOCHEVAL. Hace 10 años “Carmen miraba a través del vidrio del vehículo que la transportaba, no sólo a los Altos de Chiapas sino (y ella no lo sabía entonces) hacia una nueva forma de ver la vida, hacia la necesidad de incorporar lo que otros ven, hacia el paisaje que de alguna manera compartiría para hacerlo suyo”, cuenta la periodista y narradora Ana Luisa Anza.


Carmen comenzaría a ver más allá de las imágenes del paisaje, vería a las mujeres mayas de Jovel. “Impresionada, vio surgir de entre la densa niebla a esas mujeres de hermoso vestuario, que cargaban leña en sus espaldas, a las orillas de la carretera. Tomó unas fotografías con el celular: quería conservar la espesa neblina para siempre”, escribió Anza.


La diseñadora descubrió la prenda que usan como capa las mujeres de Zinacantán: El Mocheval  (palabra tzotzil que significa rebozo), pieza en forma de rectángulo de 40 a 50 centímetros de ancho por 120 de largo. A partir de ahí, Rión decide unir talentos con las artesanas de la región; propone una fusión entre moda y manufactura.


En entrevista con Crónica, Carmen Rión enfatizó en la privacidad del oficio, sobre todo, en respetar el arte que existe en su trabajo: “El mérito es acercarse a las comunidades para aprender y ver de qué manera lograremos integrar el trabajo de las artesanas, que es muy privado; en su mayoría, son prendas que se originan para usarse entre ellas mismas”, dijo.


El factor aprendizaje está presente en la fusión de contenidos, entre las técnicas de cada persona: la diseñadora y las artesanas: “Ellas producían para vender con más baja calidad, ahora esto cambió, se aportan materiales, se aprende; y nosotros como creadores adaptamos los diseños a sus conocimientos y técnicas, debemos respetar, aprender, y no cortar huipiles así como así”, expresó Rión.


La diseñadora enfatiza que “la moda mexicana no quiere decir folclore. Debemos mirar más allá: ver la calidad de la hechura de acuerdo al tema, mirar el color, la técnica, las combinaciones, para lograr mezclar materiales e integrarlos de una manera uniforme”, aseguró.


Actualmente Carmen Rión trabaja con tres grupos de 50 personas de Zinacantán, donde “cada grupo tiene cuentas de banco, celulares, que les sirven para comunicarse y ver fotos de los diseños que se piden. Hacemos piezas únicas, donde se descubre cada vez más el talento de las artesanas; no tendría caso hacer lo mismo siempre”, finalizó.


MAREÑA, GEOMETRÍA DE COLORES. Si se remonta la mente en el año 1606, los pueblos indígenas de Tehuantepec, llamados huaves, se establecieron entre montañas y llanuras; al paso de las décadas, quedaron asentados a la orilla del mar. Consecuentemente, el pueblo desarrolló sus propias tradiciones, como la cadenilla, a partir de varios hilos de colores que forman figuras geométricas sobre telas de la comunidad.


En 2011, las técnicas ancestrales de los artesanos mexicanos fueron recopiladas en la creatividad de la diseñadora Fernanda Melo, quien comenzó a confeccionar prendas con una mezcla de diseños comunitarios, que respetaban colores texturas y conceptos de identidad.


A través de la muestra Mareña, geometría de colores, la diseñadora retornó a su sensibilidad interna para crear un desfile de moda con 44 prendas mexicanas, englobadas en el bordado de la cadenilla, técnica característica de la comunidad de San Mateo del Mar, en el estado de Oaxaca.


El proyecto fue apoyado por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, Fonart, y se buscó dar a conocer el proceso a nivel internacional. Para las fases de producción se capacitó a los artesanos para elevar la calidad de los productos y elevar el desarrollo de la industria textil de Oaxaca.


En México, existen diseñadores quienes confían en la autenticidad de la moda, en su creación y exhibición a partir de proyectos integradores, que fusionen la artesanía con el diseño.


Ideas como las de Fernanda Melo o Carmen Rión, sólo son algunas de las que rondan en el mundo de la moda, y que buscan preservar la identidad, el arte de los pueblos y un equilibrio entre los dos factores, sin desear diseños inspirados en tendencias internacionales, ni buscar el otro lado de la moneda: el folclor.


LA  FUSIÓN DE DOS ARTES EN EL MUNDO. En Asia, África y América del Sur, son los lugares donde existe una mayor respuesta a la colaboración mutua entre artesanía y moda, de manera técnica y estética, para lograr colocar las piezas en un buen nivel comercial.


En España existen tradiciones textiles que intentan innovar y transformar el mundo de la moda, para ayudar a los artesanos a adaptarse al mercado actual, además de conseguir  una independencia y sostén en términos sociales y económicos.  La organización internacional Save Our Skills se ha enfocado a proteger las habilidades artesanales, la identidad cultural y el entorno de diferentes comunidades. A la par, se han puesto en marcha diversas organizaciones en el mundo que intentar unir moda e identidad.







La moda creada por artesanas y diseñadoras mexicanas: Unión de tradiciones con estilo

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