Servicio Secreto promete que nadie más brincará rejas de la Casa Blanca
El Servicio Secreto aceptó hoy las fallas en su sistema de seguridad en torno a la Casa Blanca, que han facilitado 17 incursiones a la sede del poder Ejecutivo de Estados Unidos, y prometió que nunca más volverá a ocurrir un incidente así.
“Es claro que nuestro plan de seguridad no fue ejecutado apropiadamente. Acepto la responsabilidad total. Lo que pasó fue inaceptable y nunca pasará de nuevo”, afirmó la directora del Servicio Secretio Julia Pierson, una agente con 30 años de experiencia.
Pierson fue sometida este martes a una audiencia en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes debido al incidente ocurrido el pasado 19 de septiembre cuando un veterano de guerra, con un cuchillo entre las ropas, logró penetró la Casa Blanca.
Durante la audiencia, legisladores propusieron a Pierson cambiar la reja metálica de la Casa Blanca por una más alta. Pierson dijo a los parlamentarios que está abierta a recomendaciones para mejorar la seguridad presidencial.
En los últimos cinco años, se han registrado al menos 17 incidentes de traspasar las vallas de seguridad de la sede del gobierno estadunidense.
El más reciente lo protagonizó Omar González, un veterano de la guerra de Irak de origen latino de 42 años, quien brincó la reja metálica de la casona presidencial, correr unos 70 metros hasta una de las entradas, abrir la puerta y penetrar antes de que fuera sometido por agentes.
Aunque el Servicio Secreto sostuvo que González iba desarmado, la fiscalía reveló que llevaba un cuchillo en una bolsa. Asimismo, se informó inicialmente que fue tacleado en la puerta de entrada, cuando en realidad pudo acercarse a una recámara.
Pierson sostuvo que los agentes usaron la cautela con base en las “circunstancias totales” del incidente, incluido el hecho de que el sujeto no portaba armas visibles.
Pero reconoció que el plan de seguridad no fue implementado por los agentes en turno de manera apropiada toda vez que González pudo penetrar a la residencia, aún cuando el presidente no se encontraba en ese momento.
“Es algo sorprendente e inaceptable. El sentido común nos dice que fue una significativa falla de seguridad, no un incidente para elogiar la cautela (de los agentes)”, dijo el presidente del Comité de Supervisión de la cámara baja, el republicano Darrell Issa.
“Es muy preocupante que el presidente de Estados Unidos y su familia estuvieron en peligro en el mismo terreno de la Casa Blanca”, deploró por su parte el legislador demócrata de Virginia, Gerald Connolly.
Con más de seis mil 700 agentes y un presupuesto superior a los mil 800 millones de dólares, el Servicio Secreto tiene bajo su responsabilidad la seguridad presidencial, así como la de dignatarios extranjeros en Estados Unidos.
Sin embargo, en los últimos años ha sufrido recortes presupuestarios que derivaron en la salida de 550 agentes, en parte por la reducción automática de recursos aprobada por el presidente Barack Obama y el Congreso.
El incidente del pasado 19 de septiembre propició una revisión completa de los protocolos de seguridad dentro y alrededor de la Casa Blanca, uno de los principales destinos turísticos en la capital estadunidense.
La revisión de seguridad incluirá el posicionamiento de recursos tácticos y no tácticos dentro y fuera de la reja, incluida la posibilidad de que se instalen nuevos elementos físicos de protección.
La Casa Blanca funciona como un edificio de oficinas, donde diariamente desfilan funcionarios, periodistas y visitantes. En una de sus alas están estacionadas, de manera permanente, decenas de cámara de las principales cadenas de televisión de Estados Unidos.
Funcionarios han insistido en que las reglas de seguridad buscan un balance entre la protección de los usuarios de la casona presidencial y el interés de los estadunidenses en visitar un sitio emblemático de sus instituciones políticas.
Servicio Secreto promete que nadie más brincará rejas de la Casa Blanca