Frustrado por el permanente boicot de los congresistas republicanos a su reforma migratoria, el presidente de EU, Barack Obama, advirtió hace dos meses que a finales de verano iba a tomar decisiones muy importantes sobre este problema, con o sin el apoyo de los legisladores. Según publicó ayer en su web The Washington Post, el mandatario demócrata anunciará en los próximos días la primera de sus medidas: la legalización exprés de inmigrantes altamente cualificados y de familiares de inmigrantes que ya tienen su ciudadanía o son residentes.

La iniciativa presidencial, según el diario, prevé duplicar el número de tarjetas de residencia (“green cards”) que se conceden al año para estas dos categorías de solicitantes.

En la actualidad el límite de “green cards” que concede el gobierno es de 366 mil al año, y el número de personas que han aplicado para esta forma de legalizar su estancia en EU es de 4.4 millones.

“Sesiones de escucha”. Según una fuente consultada por el Post, la Casa Blanca ha mantenido más de veinte “sesiones de escucha” con defensores de derechos humanos, organizaciones latinas, representantes empresariales y sindicales, así como con jóvenes acogidos al programa de Acción Diferida (DACA), que les protege de la deportación.

Amenaza republicana. Relacionado con la cuestión migratoria, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, denunció ayer que congresistas republicanos, entre ellos el hispano de origen cubano Marco Rubio, amenazan con forzar un nuevo cierre de la Administración, si el presidente toma medidas sobre inmigración con las que no estén de acuerdo, como la legalización de gran parte de los 11 millones de indocumentados que viven en el país.

“Fue una pena cuando los republicanos lanzaron una estrategia para cerrar el Gobierno debido a la reforma sanitaria. Eso tuvo un impacto negativo en nuestra economía”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en referencia a la parálisis de la Administración durante dos semanas en octubre de 2013.

“Y esperamos que los republicanos no hagan lo mismo de nuevo, al paralizar el Gobierno por un esfuerzo de sentido común y bipartidista para tratar de mitigar al menos algunos de los peores problemas que ha causado nuestro sistema de inmigración roto”, agregó.

Sobre la inminente ofensiva de Obama a favor de los inmigrantes, Earnest se limitó a indicar que “todavía no ha llegado el fin del verano”.