China recorta la democracia a Hong Kong
Los grupos prodemocráticos de Hong Kong hicieron un llamado a la desobediencia civil después de que las autoridades chinas anunciaran ayer su rechazo a que los aspirantes a la jefatura del territorio puedan ser elegidos libremente por sus ciudadanos en los próximos comicios de 2017.
A través del movimiento prodemocrático “Ocuppy Central”, que agrupa a numerosas asociaciones políticas, sociales y estudiantiles de la ciudad a favor de la instauración del sufragio universal sin restricciones en Hong Kong, las fuerzas prodemocráticas se comprometieron a emprender una lucha a “largo plazo” contra la decisión del Gobierno de Pekín.
“Ocuppy Central” hizo su anuncio a las puertas de las oficinas del gobierno de Hong Kong, donde ayer noche organizó una protesta a la que acudieron unas cinco mil personas, horas después de que el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (Parlamento chino) reafirmara su potestad para nominar a “dos o tres candidatos para el puesto de jefe ejecutivo de Hong Kong”, a través de un comité electoral.
“Fin del diálogo”. “La vía del diálogo ha llegado a su fin”, señaló en rueda de prensa antes de la protesta Benny Tai Yiu-ting, uno de los fundadores de “Occupy Central”.
La decisión de Pekín estableció que de esos “dos o tres candidatos nominados” (aceptados por el régimen comunista) los ciudadanos de Hong Kong podrán elegir por sufragio universal a su jefe de gobierno en las próximas elecciones.
Esta decisión rechaza las peticiones de grupos y activistas demócratas de la región administrativa especial de Hong Kong, quienes vienen pidiendo total libertad de elección de candidatos para los cinco millones de votantes que pueden ejercer su derecho en este territorio.
En junio pasado, “Ocuppy Central” organizó una consulta popular no oficial en la que 800,000 personas respaldaron la implantación del sufragio universal sin restricciones en Hong Kong.
Los activistas prodemocracia acusan a Pekín de no hacer valer su promesa de sufragio universal que fijó para 2017 tras recuperar el dominio sobre Hong Kong bajo el compromiso de gestionarlo a través de la fórmula “un país, dos sistemas”.
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