El presidente de Rusia, Vladímir Putin, abandonó la reunión a la que asistía junto con los líderes del G-20, ante las críticas que recibió en las últimas horas por el conflicto bélico en el que se ha visto involucrado en el este de Urania.

En una reunión marcada por la tensión, los líderes del G20 advirtieron a Putin con más sanciones por su injerencia en el este de Ucrania, durante la cumbre que inició el sábado en Australia, con el objetivo de impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo. Ante la tensión desatada en las reuniones, Putin decidió abandonar la cumbre.

El mandatario ruso llegó la noche del viernes a Brisbane después de que el ejército ucraniano repeliera otro intento de los separatistas prorrusos de tomar por asalto el aeropuerto de Donetsk, en el este ucraniano y controlada por los secesionistas.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijo que esta nueva escalada militar es de la “máxima preocupación” y pese a que la Unión Europea (UE) sigue creyendo en una solución política al conflicto, también lanzó una advertencia a Moscú. “Vamos a seguir utilizando todas las herramientas diplomáticas, incluidas las sanciones, a nuestra disposición”, dijo Van Rompuy antes de que comenzara la cumbre.

La advertencia de sanciones por parte de Bruselas siguió a la que ya realizó el viernes el primer ministro británico, David Cameron, que calificó la acción de Rusia en Ucrania de “inaceptable”.

“Las sanciones podrían levantarse si Rusia adopta una actitud positiva hacia Ucrania (…) las sanciones podrían incrementarse si Rusia continúa haciendo que la situación empeore. Es así de sencillo”, aseguró Cameron.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se unió a las críticas a Rusia en una intervención en una universidad de Brisbane, en la que recordó el avión malasio derribado por un misil en Ucrania con 298 pasajeros a bordo, entre ellos 38 ciudadanos y residentes australianos.