Al Shabab perpetra nueva masacre en Kenia ejecutando a 36 trabajadores
El grupo terrorista somalí Al Shabab perpetró hoy una nueva masacre en Kenia al ejecutar con un disparo en la cabeza a 36 trabajadores de una cantera del noreste del país por no ser musulmanes.
El ataque ocurrió sobre las 02:00 hora local (23.00 GMT de ayer) en el campamento de la cantera de Koromei, a pocos kilómetros de Mandera, donde hace diez días la milicia asesinó a otras 28 personas de un modo similar.
Un grupo de hombres fuertemente armado irrumpió en el recinto y trató de identificar a los trabajadores musulmanes. A los que no profesaban esta religión se les disparó en la cabeza, y algunos incluso fueron decapitados, según confirmaron fuentes policiales.
Al Shabab reivindicó el ataque en un comunicado difundido por la radio somalí “Al Andalus”: “En otra exitosa operación llevada a cabo por los muyaidín, cerca de 40 cruzados kenianos encontraron la muerte después de que una unidad de la brigada Saleh Nahban los atacara la pasada medianoche”.
La milicia islamista lo justificó como una respuesta “a la ocupación keniana de tierras musulmanas” y advirtió de que “forma parte de una serie de ataques planeados” en este país.
Tras este nuevo ataque, el presidente de Kenia, Uhuru Kennyatta, ha destituido al ministro de Interior, Joshep Ole Lenku, y al jefe de la Policía, David Kimayo.
“No vamos a retroceder ni ceder en nuestra guerra contra estos terroristas, que están tratando de establecer un califato extremista en la región”, afirmó el mandatario en un discurso a la nación.
El Gobierno confirmó la masacre mediante un comunicado y señaló que el campamento fue atacado por unos veinte “bandidos armados”.
El ya exjefe de la Policía keniana admitió que los atacantes habían escapado, mientras que algunos medios locales aseguran que varios trabajadores han sido secuestrados.
Por su parte, el primer ministro somalí, Abdiweli Sheikh Ahmed, condenó el ataque y declaró en rueda de prensa que “Somalia y Kenia comparten un enemigo común: el terrorismo”.
Este ataque se produce diez días después de que otro supuesto comando del mismo grupo terrorista interceptara un autobús en el noroeste de Kenia (Mandera) y ejecutara a 28 de sus 60 pasajeros después de identificarlos como no musulmanes.
El pasado lunes cientos de kenianos se manifestaron frente a las oficinas presidenciales demandando más seguridad en el país tras el ataque en Mandera y pidiendo la dimisión de Ole Lenku y Kimayo.
Esta ola de atentados terroristas tiene lugar tras semanas de fuertes tensiones entre la Policía y jóvenes musulmanes en el condado de Mombasa, en la costa sur de Kenia, uno de los puntos más turísticos del país.
Los incidentes, en los que hubo cinco víctimas mortales y 250 detenidos, comenzaron a raíz de una operación policial contra varias mezquitas, consideradas como centros de captación del grupo terrorista somalí.
Como respuesta a lo que muchos consideran una campaña gubernamental contra los musulmanes kenianos, Al Shabab publicó hoy un vídeo donde anima a la comunidad musulmana del país a “defender sus derechos” contra el Gobierno de Uhuru Kennyatta, “con la ayuda de Al Shabab”.
Después del asalto al centro comercial Westgate ocurrido el año pasado, en el que fueron asesinadas 67 personas, la seguridad se reforzó en buena parte de Kenia, pero la zona fronteriza con Somalia, en la que apenas existe presencia de las fuerzas de seguridad del Estado, continúa siendo muy vulnerable.
Al Shabab, que en 2012 anunció su adhesión formal a Al Qaeda y lucha para instaurar un estado islámico de corte wahabí en Somalia, fue incluida en marzo de 2008 en la lista de organizaciones consideradas terroristas por el Gobierno estadounidense.
Al Shabab perpetra nueva masacre en Kenia ejecutando a 36 trabajadores