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Huyen diputados de comparecencias
•A los legisladores de Veracruz les valen la transparencia y la rendición de cuentas de los cien mil millones de pesos del presupuesto estatal
•Una circunstancia: de la bancada priista, todos dejaron solo a Gerardo Buganza; únicamente quedó uno: Tonapriuh Pola
Luis Velázquez
Los diputados locales son así: ahora con la comparecencia de los secretarios del gobernador, de 50 legisladores, sólo diez llegaron a la rendición de cuentas del secretario del Medio Ambiente. A los 40 restantes, les valió.
Y les valió con todo y que, por ejemplo, la mayoría de empresas medianas y grandes de norte a sur y de este a oeste de Veracruz tiran sus desechos industriales y aguas negras a los ríos y lagunas y el Golfo de México.
Y, por tanto, causan estragos a la pesca dañando más, mucho más, la economía de los pescadores.
Les valió.
A los 40 minutos de iniciada la exposición de Gerardo Buganza Salmerón, secretario de Infraestructura y Obra Pública, la diputada Ana Guadalupe Ingram se levantó y se fue, tal cual como ha actuado en otras disertaciones.
Peor tantito si se considera que anda en precampaña para quedarse (como parece ya la tiene) con la candidatura a diputada federal, siguiendo el rastro de su heroína de toda la vida Carolina Gudiño Corro, quien en el fidelazgo dejó inconclusas la dirección del Instituto de la Mujer y las diputaciones local y federal, luego de un gasto exorbitante, con cargo al erario público, en sus dos campañas.
A los 45 minutos, el diputado Raúl Zarrabal junior, el mismo que se había promovido como relevo del profe Juan Nicolás Callejas Arroyo, también se levantó, se fue y dejó a Buganza hablando solo.
Más o menos unos 70 minutos después de las cinco horas que duró la rendición de cuentas de Buganza, el diputado de Arturo Bermúdez, José Ramón Gutiérrez, alias “José/ratón”, puesto el desorden por la Ingram y el Zarrabal, también desapareció, quizá, acaso, para encerrarse el resto del día en una granja etílica como es el caso de los desaparecidos en Veracruz que dice el procurador.
Al final de la jornada, en el palacio Legislativo escuchando a Buganza sólo quedó, del lado priista, el diputado Tonapriuh Pola Estrada.
Incluso, la foto resulta impresionante: el Tona está solo en medio de un montón de butacas vacías, las mismas que dejaran sus compas priistas.
SACAR LEÑA DEL ÁRBOL CAÍDO
Unas cuatro filas hacia arriba hay otros diputados. Tres panistas, por ejemplo. Domingo Bahena, el coordinador de la bancada azul que ha relevado, relevará a Julen Rementería. Ana Cristina Ledezma y Miguel Ángel Sedas Castro.
Ellos, quizá, acaso, porque todavía anidan la esperanza de que “antes de que el gallo priista cante tres veces” cacareando el nombre del candidato rojo a la gubernatura y Buga quede fuera, Buga, como el hijo pródigo del relato bíblico, regrese a la casa azul.
Y más si se considera que el camello pasó, al fin, por el ojo de la aguja.
Otro diputado que también andaba por ahí fue el petista Fidel Robles, quien hasta el día de hoy sigue como un legislador incómodo e indeseable para el corral tricolor.
Así son, pues, los diputados. Y más, mucho más, los priistas: les vale la transparencia. Les vale la rendición de cuentas. Les valen los trastupijes cometidos con el presupuesto oficial. Les valen los negocios lícitos e ilícitos.
Ni siquiera, vaya, se quedaron con “la limpia” que los brujos de San Andrés Tuxtla aplicaron al secretario de Desarrollo Social, “El naricitas” Jorge Carvallo junior, llenando de incienso el palacio Legislativo.
Ellos, el medio centenar de diputados, se entiende, son los representantes de los 8 millones de habitantes de Veracruz en el Congreso para airear la cuenta pública, es decir, el manejo de los cien mil millones de pesos de presupuesto anual del poder Ejecutivo.
Pero la realidad se impone con todo y su descrédito: la mayoría son unos trapecistas del poder.
Están ahí, calentando la curul, cabildeando el puesto siguiente. Sólo llegaron para tirar loas al jefe máximo, mejorar su situación patrimonial y favorecer a los suyos.
Los grandes y graves pendientes sociales, económicos, educativos, de salud y de seguridad les valen.
En el discurso se “cortan las venas” hablando de los pobres y los miserables, porque así les conviene para lucrar, por un lado, con la jodidez de la población; segundo, sacar leña del árbol caído.
Ni hablar, decía Fernando Gutiérrez Barrios, estos son los diputados que tenemos. Y con ellos debemos operar…
Escenarios
•En cada salón de clases…
•De las universidades…
•Una chica embarazada
Luis Velázquez
I
El drama de las chicas embarazadas se puede evaluar de la siguiente manera: en cada salón de clases de la universidad hay una estudiante esperando un bebé dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica.
Pero también en el salón de clases del bachillerato.
Entre tanto, en la escuela secundaria ocurriría, digamos, en cada dos salones.
Es más, hay bebés que han crecido en el salón, durmiendo en el moisés mientras la adolescente y joven madre estudia.
Claro, en las regiones indígenas, las niñas embarazadas de plano son confinadas en el hogar.
Y como expresa un delegado federal en Veracruz: los eventos en las zonas étnicas están llenos de mujeres, niños en brazos y de a pie, y ancianos.
Los hombres se fueron a la migración.
Un día, el delegado federal platicó con unas chicas, madres solteras, indígenas todas:
–¿Y tu marido?
–No sé.
–¿Se fue a Estados Unidos?
–Ajá.
–¿Y te manda dinero?
–¡No!
–¿Y está vivo?
–No sé.
–¿Y ya se quedó allá?
–Sí.
–¿Y tendrá otra mujer?
–Yo creo.
He ahí la más canija desintegración familiar que ahora se vive y padece en Veracruz, que ha rebasado a las secretarías de Desarrollo Social y Salud y Educación y al DIF.
Se llama el gran fracaso de la política pública.
II
El otro día, en el súper de la plaza comercial, una familia curioseaba.
La hija, de unos 15 años, la cara irritada, enojada, buscando pañales, mientras su señora madre, incapaz de controlar en la expresión de la cara la molestia de que la quinceañera, la única hija, saliera embarazada, y ni hablar, alternara los estudios.
Y el abuelo, feliz, cargando a la nieta, sin importarle la opinión de los demás.
Es la familia del siglo XXI.
III
Unos achacan a la política pública el estado de cosas.
Otros, a los padres de familia que viven atrapados en el diario vivir, incluso, los dos, padre y madre, para llevar el itacate a casa.
Unos, involucran a las dos partes, la familia y el Estado, en el boom de las chicas embarazadas.
Claro, también al explosivo libertinaje de la televisión con una insólita tolerancia de la Secretaría de Educación Pública.
La influencia del medio ambiente. Los hábitos y costumbres de los amigos en la escuela.
Y, bueno, de igual manera habría de incluir en un país católico a los ministros de Dios… que tienen su parte.
Ah, y la tecnología. El celular. El Ipad. El internet. Las redes sociales. Los mensajitos calenturientos que unos y otros se envían y de los que en un principio sirven para la chorcha; pero al mismo tiempo siembran la tentación y por ahí, el relajito, el camino al sexo se va cocinando.
Dice un chico preparatoriano: “Sabemos del condón. Pero nunca el sexo sabrá igual”.
–Pero, ya vez -se le dice- ahora estudias; pero a fuerza debes trabajar con el embarazo de tu novia.
–Ni modo, la regamos.
IV
Se trata, observa el politólogo, de una olla de vapor, viviendo todos a presión en cada vez mayor número de familias.
Sea la falta de valores como dicen unos. Sea la calentura. Sean las circunstancias fuera de control, antes, mucho antes, allá por la mitad del siglo anterior, la apuesta hogareña era llegar virgen al matrimonio. Ahora, evitar un embarazo.
Pero el diablo, como afirma un sacerdote, sigue ganando la batalla a Dios.
Y Dios anda ocupado con tanto cura pedófilo y pornográfico, cuyo héroe sexual es Marcial Maciel.
V
Millones de pesos oficiales han sido invertidos en la llamada guerra contra los cárteles, una guerra que el gobierno sigue perdiendo que por eso la Gendarmería peñista y la Fuerza Civil duartista.
Los Pinos se angustian porque la Casa Blanca de Barack Obama, el Vaticano con Francisco y el parlamento europeo se ocupan de los ayotzinapos y el presidente Enrique Peña Nieto busca salidas a la efervescencia callejera, incluso, hasta tratando de criminalizar la protesta social.
En los estados los gobernadores chambean para evitar les nombren un Comisionado y buscan elementos distractores para evitar que su estado quede satanizado por la disputa de los cárteles.
Pero nunca, jamás, las elites políticas se han ocupado con la misma intensidad de los embarazos de adolescentes y jóvenes estudiantes.
Y mientras, la familia (célula básica de la sociedad le llamaban en el siglo pasado) se va minando…
Expediente 2014
Amparo contra ley del IPE
Luis Velázquez
Un juez, Francisco Javier Munguía Padilla, ligado a la causa de los ayotzinapos de Guerrero, ha declarado la inconvencionalidad e inconstitucionalidad de un par de artículos de la ley del Instituto de Pensiones de Veracruz, IPE, que fuera reformada y aprobada en el Congreso local para evitar el colapso del sistema pensionario y fortalecer a la institución.
Así, y de inmediato, “antes de que el gallo cantara tres veces”, en vez de que los 250, 300 quizá, de los 22,500 pensionados en Veracruz aglutinado en el llamado COPIPE, el Partido Acción Nacional (PAN) y del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano cacarearon el primer paso de un largo proceso que significa la demanda interpuesta.
Atrás de la notoriedad los diputados Julen Rementería, Fidel Robles y Cuauhtémoc Pola Estrada, el gemelo bueno, lanzaron sus petardos, anunciando un revés a la ley del IPE.
En contraparte, el gobernador Javier Duarte precisó que al momento ninguna notificación oficial ha recibido del Poder Judicial de la Federación, no obstante haber transcurrido una semana.
Pero, bueno, ahora cuando la Casa Blanca de Barack Obama, el Vaticano de Francisco y el parlamento europeo han puesto el índice en la llaga purulenta de Ayotzinapa, y que el presidente Enrique Peña Nieto dijera que “Todos somos Ayotzinapa”, el juez Munguía Padilla también ha puesto su granito de arena.
La solicitud de amparo interpuesta por una parte mínima de los jubilados y pensionados ahí camina y, con frecuencia, nunca, jamás, “una golondrina anuncia el verano”.
Queda claro que cada quien interpreta la ley a su modo como, por ejemplo, el caso del diputado Juan René Chiunti, de Nueva Alianza, dos veces alcalde de su pueblo y exdiputado local, pepista de corazón, recordó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la última palabra y (vislumbró en su bolita de cristal) validará la ley aprobada por la Legislatura local, donde predomina la mayoría priista.
En realidad el punto de conflicto gira alrededor de un par de artículos donde, entre otras cositas, se establece un “sueldo regulador para afectar el monto de pensión que terminaría recibiendo el jubilados y descuentos del 12 por ciento de sus ingresos a personas pensionadas y jubiladas como aportaciones al IPE”.
Y, bueno, tal diferencia de opiniones está en revisión, que ahora es capitalizada por tales partidos políticos de cara a la elección de diputados federales del año entrante.
LAS TRAMPAS DE LA FE
Como se recuerda, la ley del IPE fue aprobada para alentar pensiones justas.
Por ejemplo, durante muchos sexenios ha ocurrido que cuando un trabajador se pensiona durante la mayor parte de años laborados (con frecuencia) ha percibido un salario bajo.
Y de pronto, incluso a unos meses de su retiro voluntario, logra una recategorización y el sueldo mensual se le dispara.
En tales circunstancias tramita su pensión con el último sueldo, cuando sólo cotizó con tal unos cuantos meses, en tanto durante 27, 28, 29 años ha cotizado con el sueldo anterior, mucho más bajo, se insiste.
Y tal cual ha repercutido en la estructura financiera y económica del IPE.
Otro hecho, claro, ha sido el trato de algunos gobernadores que, en su momento, desviaron recursos del IPE a otras tareas y a la hora de la rendición de cuentas les han pagado la deuda con un montón de lotes baldíos, hasta en barrancas, propiedad del gobierno del estado.
Así, y por ejemplo, sucedió con Fidel Herrera Beltrán cuando hacia el final del sexenio quiso cubrir el pendiente con el IPE que coleccionó hasta 700 lotes, deseando, quizá, acaso, mudar al instituto en una especie de agencia inmobiliaria.
Pero, bueno, ese es un asunto que alguna salida política y económica le darán.
GOTITA DE AGUA EN EL OCÉANO
Nunca, antes, un gobernador quiso meter orden en el IPE.
Hasta donde se sabe, durante el fidelazgo el director, Antonio Benítez Lucho, con experiencia en la seguridad social y su visión legislativa, tocó el asunto; pero le reviraron para otros tiempos.
Cierto, según las versiones, Patricio Chirinos Calero saneó las finanzas del instituto; pero soslayó una reforma a fondo.
Con Miguel Alemán Velasco el tema ni siquiera fue tocado porque sus titulares, un escritor, primero, y un contador después, andaban en otro rollo y solo miraron el árbol sin alcanzar el bosque.
Y ahora, cuando el sistema pensionario ha sido alcanzado por la adversidad en varias latitudes del mundo, con pasiones desordenadas en Europa, por ejemplo, Javier Duarte prendió el foco rojo y ordenó meterse de lleno al asunto, unos cuantos copipos, asesorados por los partidos de oposición, buscan descarrilar la iniciativa aprobada en el Congreso.
El tiempo jurídico del amparo vencerá hacia la primavera del año entrante. Y el amparo otorgado por el juez federal apenas es una gotita de agua en el océano.
Barandal
•Mal karma en el Congreso
•Ahuyentó Carvallo a duendes
•Sigue degradación política
Luis Velázquez
<b>PASAMANO:</b> En el gobierno de Veracruz una parte de los secretarios del gabinete legal y ampliado ha llegado a la degradación política, social, ética y moral, lo que se ratifica a partir de las comparecencias en la LXIII Legislatura… Y lo anterior significa, en primera instancia, que el barco sexenal ha perdido el rumbo y la esencia del Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016… Y, lo peor, es que cada quien parece ir por su camino, tratando quizá, acaso, de salvarse, como las ratas tirándose del buque… También significa, claro, la ausencia de una filosofía política en la tarea de gobernar y el ejercicio del poder, donde ellos mismos se han expuesto al ridículo… De paso, el tiempo del menosprecio y el desprecio con que actúan en la rendición de cuentas del año en curso en que durante 12 meses habrían tomado acciones y decisiones para, digamos, enaltecer la calidad de vida en los 8 millones de habitantes de Veracruz… El contribuyente, por ejemplo, pensaba que habrían alcanzado el éxtasis de la locura con Érick Lagos y sus tacos al pastor, PauPau y un conjunto musical; pero más, mucho más aún con la compañía del arzobispo de Xalapa, el priista Hipólito Reyes Larios, quien perdió los estribos de la prudencia y la cordura eclesiástica y política y lo destapó, más que como candidato a diputado federal, como un excelente legislador… Pero, oh paradoja, el ciudadano quedó corto… También quedó corto con Arturo Bermúdez y los pambazos y los tamales y los atoles y los jugos y con el Gerardo Buganza que llegó al Congreso, primero, mesiánico al fin, solito; pero, segundo, con una orquesta de tamborazos y trompetas y con lonas colgando de los árboles del camellón frente al palacio Legislativo tirándole incienso…
<b>BALAUSTRADAS:</b> Pero, bueno, la locura humana alcanza niveles inverosímiles como caballos desbocados en el carril… Por ejemplo, Jorge Alejandro Carvallo Delfín, el llamado “Hijo pródigo del siglo XXI”, quizá, acaso, fiel a su tradición bíblica, llegó al Congreso con unos santeros tuxtlecos, brujos, gurús esotéricos, que le hicieron “una limpia”, flanqueado por uno que otro diputado local… Carvallo, con los ojos cerrados, pensando en la inmortalidad del alma y en la vida eterna, el paraíso celestial que ha ido alcanzando en el paraíso terrenal… Desde luego le dieron la bendición mientras el humo del incienso circulaba hacia las alturas en el palacio Legislativo y una que otra diputada luchaba por controlar la media sonrisa en los labios por el reality show del que se estaba pitorreando… Así, el lector sentirá que si con Érick Lagos el líder de la iglesia católica, apostólica y romana Reyes Larios lo acompañó y destapó, con Carvallo junior fueron los brujos de Los Tuxtlas quienes lo blindaron… Por supuesto, hay una gran expectativa por la comparecencia del secretario de Trabajo y Previsión Social, Marco Antonio Aguilar Yunes, quien en Córdoba pudo, quizá, acaso, dar un anticipo aquel mediodía cuando todo trajeado perdió el donaire republicano y permitió que un comediante le lengüeteara su calva y le luego le asestara unos besitos en la mejilla y después los dos bailaran, hombre con hombre, macho con macho, sin ningún pudor… Alguien, perverso, dijo que el par salía así del clóset; pero, bueno, el secretario tiene fama de un perseguidor de enaguas como se titula una novela del cronopio Julio Cortázar… Pero si tal reality show permitió rumbo, digamos a la candidatura a diputado federal, en su comparecencia legislativa pudiera reproducir el modelo para así derrotar a sus homólogos en el divertimento popular a plena satisfacción del jefe máximo…
<b>ESCALERAS:</b> De cara al pasado, ni siquiera, vaya, con Fidel Herrera, se dieron tales shows, donde las payasadas de los duartistas han sido más, mucho más importantes que la rendición de cuentas, aun cuando quizá, acaso, por eso mismos así lo programaron, elementos distractores les llaman los politólogos y mercadólogos, cajas chinas les llama Mario Vargas Llosas utilizadas por Luis Estrada en la película “La dictadura perfecta”…Tales fuegos artificiales hubieran sido impensables, por ejemplo, en el Veracruz de Fernando Gutiérrez Barrios, Dante Delgado Rannauro, Rafael Hernández Ochoa y Fernando López Arias… Menos en el chirinismo, con el vicegobernador Miguel Ángel Yunes Linares como el jefe máximo del gabinete político… Pero, bueno, cada góber entrará a la historia por sus hechos y acciones que en un país con una presidencia imperial y faraónica significan los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial… Lástima, de igual manera, que los 50 diputados locales se estén prestando al despapaye, porque se trata de uno de los tres poderes, cuya obligación fundamental es la transparencia y la rendición de cuentas en un país, en un Veracruz, donde la corrupción y la impunidad son hermanitas gemelas… Y ni modo, hemos llegado a tales niveles de civilidad política y de respeto a las instituciones porque desde hace ratito Veracruz, mejor dicho, la elite priista ya se jodió… Un solo dato: la irreverencia con que la mayoría ciudadana se refiere al duartismo cuando lo invoca y convoca… Ni siquiera, vaya, los militantes priistas se expresan con respeto…
Posdata
El enviado especial
•El gobierno de Peña Nieto tiene delegado federal de la SEGOB en Veracruz al maestro Alberto Amador Leal, un político de 63 años de edad, sereno y reposado, fogueado en la batalla electoral, cinco veces diputado local y federal y ejecutivo en el CISEN, el temible Centro de Investigación y Seguridad Nacional
Luis Velázquez
El ingeniero químico Alberto Amador Leal, delegado federal de la Secretaría de Gobernación en Veracruz, tiene su trayectoria como soporte histórico.
Por ejemplo, en cuatro ocasiones ha sido diputado federal, y una local, cinco en total, todas como candidato uninominal, ganadas, pues, en las urnas, y que lo perfilan como un experto electoral.
Fue secretario general en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, CISEN, la oficina de inteligencia del gobierno federal, a la que tantos benditos le endilgan; pero que conserva el termómetro social y político de norte a sur y de este a oeste de la nación.
Los grandes secretos de la seguridad nacional.
También ha caminado por otras dependencias, entre ellas: investigador en el Instituto Mexicano del Petróleo, subtesorero en el Seguro Social y analista en la Secretaría de Desarrollo Social y hasta secretario de Salud en el gobierno de Puebla.
De 63 años de edad, ahora de cara a la elección de candidatos priistas a diputados federales, en su estado, Puebla, y en la Secretaría de Gobernación, le estarían mirando otra vez cara de legislador en el Congreso de la Unión; pero, bueno, ha de esperar el momento político, ahora tan a gusto en la tierra jarocha.
Es un político sereno y reposado, fogueado en el campo de batalla, con experiencia que transpira y se advierte en su mirada social para escudriñar la realidad.
Por ejemplo, escucha mucho y cuando le corresponde el uso del micrófono se demora minutos que parecen una eternidad para contestar porque está masticando y calculando la respuesta en su zona neurológica.
Y si, por ejemplo, alguien le plantea un hecho concreto y específico, siempre, de manera invariable, reflexiona más tiempo para decir que, bueno, tal pudiera ser lo que se está diciendo; pero…pero de igual forma también ocurre esto y aquello.
En realidad se trata del ejercicio intelectual de un hombre acostumbrado y habituado a mirar el bosque, pues de acuerdo con el topo de Carlos Marx, un hecho, cualquiera sea su naturaleza, tiene muchos cristales y espejitos donde la luz rebota.
UN TATA LÁZARO
Además de su formación profesional (fría como la de un ingeniero químico industrial, habituado a buscar posibilidades), también pudiera deberse a su tiempo en el CISEN: por un lado, a la búsqueda de la información; por el otro, a la interpretación de la realidad.
La serenidad también se advierte en la mirada. Es una mirada serena que domina la mínima expresión de un sentimiento y, por tanto, resulta difícil saber lo que está pensando, a diferencia de los ojos de otros políticos que expresan los vendavales interiores. Los impenetrables les llaman.
Ahí se registra la experiencia, los años vividos, las batallas ganadas y perdidas.
Escucha. Suele escuchar mucho. Y en su chip va registrando las palabras, los datos, las ideas, las anécdotas. Así debió haber sido en su paso, digamos, por el CISEN. Y más compitiendo con otros agentes de seguridad nacional.
Ahora es el jefe de los delegados federales en Veracruz, mejor dicho, el coordinador.
Da la imagen del abuelo favorito de los nietos; pero mantiene la mano firme para rendir cuentas a su jefe superior, el secretario de Gobernación; al mismo tiempo, alternar como torero en tarde de luces con la elite priista de la tierra jarocha, tierra de generales de cinco estrellas.
A veces, lanza por ahí preguntas, digamos, incómodas sobre un hecho y sus personajes.
Y escucha. En el silencio absoluto. Sin una expresión emotiva en la cara. Indescifrable. Y si el interlocutor calla, él también calla, esperando que se retome el discurso coloquial.
Luego, si el comentario es inevitable en un juego de barajitas, sigue y sigue y sigue procesando, el rostro impasible, inexpresivo de tata Lázaro Cárdenas, a la expectativa.
Así es, parece ser, el delegado federal de la SEGOB, cuya lealtad está con el titular del ramo porque así lo establece el organigrama, lejos quizá del secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chemor, a quien el presidente de la República nombró su Enlace Político con los gobernadores del sur de país, entre ellos, el de Veracruz.
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