Cine asiático conquista los principales galardones



La cinta es un thriller entregado a narrar la historia de un policía perseguido por su pasado. Un asesinato sin resolver cinco años atrás llama a la puerta. Entre lo ridículo y lo sublime, la película avanza entregada al desagradecido ejercicio de sorprender en cada plano. No siempre lo consigue, pero cuando lo hace, sencillamente arrebata. El giro final acompañado de una conclusión explosiva (en el más literal de los sentidos) no deja opción: tan exótico como brillante. Una impactante y brutal locura.
La Plata a la mejor actriz fue para la japonesa Haru Kuroki, por su papel de sumisa y romántica muchacha de servicio en una historia de amor y guerra en Chiisai Ouchi (The Little house), dirigida por Yoji Yamada. El correspondiente al mejor actor fue para Liao Fan, protagonista del filme ganador del Oro, una historia de matones profusa en sangre e imaginativos asesinatos.
Asimismo se fue a China el Oso de Plata a la mejor contribución artística, que recayó en Tui Na (Blind Massage), de Ye Lou, centrada en una casa de masajes cuyos empleados y dueños son invidentes.
El jurado presidido por el productor y guionista estadunidense James Schamus sorprendió con esas decisiones, lo mismo que en la relativa al Premio Especial del Jurado para la parodia The Grand Budapest Hotel, de Wes Anderson, que no se encontraba entre los favoritos.
La película preferida por la crítica y el público, Boyhood, del estadunidense Richard Linklater y rodada a lo largo de 12 años, obtuvo el Oso de Plata a la mejor dirección. La película cuenta la infancia de un crío desde su primer día de escuela al último, cuando entra en la universidad. Y lo hace a los largo de 12 años perfectamente reales. Todo ese tiempo ha tardado en rodar una cinta en la que cada actor, cada personaje, cada gramo de vida se desarrolla con la dura y evidente contundencia de la realidad, que a la vez es ficción y viceversa.
Por parte del cine anfitrión, con cuatro películas a competición, Kreuzweg, dirigida por Dietrich Brügemann y centrada en el calvario de una muchacha sometida a los dogmas del fundamentalismo católico de la Hermandad de Pío XII, ganó el Oso de Plata al mejor guión.
A lo largo de los diez días de la Berlinale se vendieron al público un total de 330 mil entradas (en las secciones oficial o a exhibición, retrospectivas, etc.), cómputo que supone un récord en este festival que llegó este año a su 64 edición.
Cine asiático conquista los principales galardones