La integración de las listas de candidatos plurinominales del PRD, sobre todo la de los lugares considerados como “seguros”, para acceder a una diputación por esa vía, derivó en anuncios de posibles renuncias, acusaciones de traiciones y hasta advertencias de fracturas, donde el villano favorito fue la corriente Nueva Izquierda (chuchos), sobre todo el dirigente nacional, Carlos Navarrete, a quien diversos consejeros responsabilizaron de una eventual crisis al interior del sol azteca, por la manera en que se procesaron esas listas, donde varios dirigentes y personajes quedaron fuera.

La corriente de Marcelo Ebrard, a través de Agustín Guerrero, acusó que la candidatura del ex jefe del gobierno capitalino fue vetada desde el Gobierno federal y anunció que el próximo miércoles esa expresión sostendrá una reunión, para determinar su futuro y decidir si permanecen o no en las filas del sol azteca.

Guerrero reveló que en la víspera se había reunido con todas las corrientes y ninguna se opuso a la candidatura de Ebrard, pero al final el veto llegó del gobierno federal.

Acostumbrado a traiciones. El dirigente de Izquierda Democrática Nacional (IDN) René Bejarano, dijo estar acostumbrados a las traiciones en el PRD, luego de que no logró un lugar en las listas y confió en que no haya una ruptura al interior del partido tras este proceso. “Espero que no termine esto en ruptura”, advirtió

Bejarano sostuvo que la decisión de marginarlo de las listas, junto con Marcelo Ebrard, se debe a que son un peligro para esa línea pactista que representa la actual dirigencia del PRD, pues son absolutamente independientes del Gobierno federal que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto.

No obstante aseguró que a pesar de que no criticó las decisiones que se tomaron en el seno del Consejo Nacional perredista, dejó en claro que asume y  respeta esas resoluciones.