La presidenta argentina, Cristina Fernández, acusada por el fiscal fallecido de “fabricar la inocencia” de los supuestos terroristas —vinculados al régimen iraní—, denunció la existencia de una historia “muy sórdida” y llena de “interrogantes” tras la muerte de Nisman.

En una extensa carta colgada en su página de una red social, denunció también intentos de “desviar, mentir, tapar y confundir” sobre el atentado contra la AMIA y cargó de nuevo contra agentes de Inteligencia y medios opositores.

“Curiosa y sugestivamente”, señaló la presidenta, se intenta convertir al Gobierno “que más ha hecho por el esclarecimiento del atentado” en “encubridores por tratar de que se le pueda tomar declaración a los imputados iraníes mediante un tratado internacional aprobado por ley en el Congreso”, continuó en alusión al acuerdo alcanzado con Irán en enero de 2013.

Tras ocho años de investigaciones, Nisman denunció el pasado miércoles a la presidenta y al canciller argentino, entre otros, por considerar que ese memorándum de entendimiento con Irán incluía un presunto encubrimiento de los sospechosos del atentado contra la mutual judía AMIA, a cambio de las relaciones comerciales y el intercambio de petróleo por granos en un contexto de crisis energética en Argentina.